No dejes que tu empresa cometa el mismo error que Kodak

La empresa Kodak era, sin duda, el gran gigante de la fotografía. Ahora ya no existe. Y el principal motivo de la quiebra de la compañía fue no creer en la evolución tecnológica y conformarse o preferir la “seguridad” de lo conocido.

En 1975 un empleado de la compañía, Steven Sasson, les presentó a sus jefes la primera cámara digital. Sí, has leído bien, la primera cámara digital en 1975. Pero sus jefes rechazaron la idea.

Kodak tenía una gran parte de su negocio en la venta de rollos de película o carretes y pensaron que era muy arriesgado lanzar una tecnología que no necesitaba película. Decidieron la “seguridad” y los “beneficios actuales” de lo conocido primando por encima de la innovación y futuro que se les presentaba delante de sus narices.

Tras su decepción por no ser aceptada su idea, Steven contactó con Sony, quienes aceptaron su idea y poco tiempo después inundaron el mercado con cámaras digitales. Como es bien sabido, la evolución de las cámaras digitales contra las analógicas con película ya no tuvo marcha atrás.

Lógicamente, Kodak también lanzó con posterioridad alguna cámara digital, pero ya sin la enorme ventaja competitiva de haber sido de los primeros; nunca volvieron a salir a flote realmente y, finalmente, en 2012 presentaban la quiebra de la compañía.

Es un buen ejemplo de cómo una compañia con más de 80 años de éxitos a sus espaldas (se fundó en 1892) se equivocó por no haber sabido anticipar, aprovechar y entender los nuevos cambios tecnológicos que se nos venían encima con carácter inminente.